A CIEN AÑOS DE LA CREACION DE LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO (OIT).
La conmemoración del centenario de la OIT brinda la oportunidad de reflexionar acerca de sus logros, la forma en que tuvieron lugar y los retos y oportunidades que le depara el futuro. El mandato de la OIT de promover desde su fundación el trabajo decente así como la mejora de las condiciones laborales y de la vida de todos los trabajadores, ha sido primordial en contextos históricos claves de los siglos XX y XXI. Posteriormente la Organización subrayó la necesidad de hacer hincapié en los aspectos sociales de la globalización y actualmente orienta su mandato a la superación del reto que plantea forjar un futuro del derecho del trabajo con justicia social en todo el mundo.
Esta conmemoración brinda la ocasión ideal para rememorar los numerosos logros de la OIT. Solo hay que pensar en cómo sería nuestra vida si no se hubiera limitado la cantidad de horas durante las que trabajamos, ni dispusiéramos de fines de semana o las mujeres embarazadas no tuvieran ningún tipo de cobertura social. Cabe considerar asimismo la enorme repercusión que han tenido las normas internacionales aprobadas por la OIT en la lucha contra el trabajo forzoso y el trabajo infantil.
El mundo del trabajo está sujeto a transformaciones cuyo alcance y ritmo de avance no tiene parangón, a raíz de las innovaciones tecnológicas, la variación demográfica y el cambio climático. Cabe esperar que en algunos sectores se pierdan puestos de trabajo pero que en otros se cree empleo.
En esa línea, los principios fundamentales de la OIT, ya expresados al momento de su creación, se basan fundamentalmente en que no puede haber paz sin justicia social, que el trabajo no es una mercancía, que la libertad de expresión y de asociación son esenciales para el progreso constante y que la pobreza en cualquier lugar del mundo constituye una amenaza para la seguridad de todos. Al concluir la Primera Guerra Mundial, muchos países tuvieron que hacer frente a una situación de inestabilidad cada vez mayor, en el contexto de degradación de las condiciones laborales. El trabajo constituía la principal inquietud de la población y del poder político. La Organización Internacional del Trabajo se fundó en el marco del Tratado de Versalles, en 1919, con el objeto de subsanar cuestiones de índole laboral y, al hacerlo, contribuir a promover la paz fundamentada en la justicia social.
Los principales hitos de la OIT en estos cien años de vida, sin ser para nada exhaustivo en el análisis, podrían sintetizarse en los siguientes: en 1919 se sientan las bases de las futuras condiciones de trabajo; 1929-1932: promoción de un “nuevo acuerdo” en la economía mundial para superar la Gran Depresión; 1930: Convenio 29 sobre el trabajo forzoso; 1944: Declaración de Filadelfia, garantía de los derechos humanos y económicos fundamentales; 1948: Convenio 87 sobre libertad sindical y consolidación de los principios fundamentales de la OIT; 1949: Convenio 98 sobre el derecho de sindicación y negociación colectiva; 1951: promoción y mejora del empleo para la mujer en aras de la igualdad de género; 1954: aprobación de la declaración sobre apartheid; 1957: Convenio 105 sobre abolición del trabajo forzoso; 1969: con ocasión de su 50° aniversario la OIT recibió el Premio Nobel de la Paz por promover la justicia social y la paz entre las naciones; 1973: lucha contra el trabajo infantil; 1981: promoción de la seguridad y la salud en el lugar de trabajo: 1989: observancia de los derechos de los pueblos indígenas y tribales; 1998: declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo; 1999: presentación del programa de trabajo decente de la OIT y Convenio 182 sobre las peores formas de trabajo infantil; 2004: comisión mundial sobre la dimensión de la globalización; 2007: conclusiones sobre la promoción de empresas sostenibles; 2009: primera cumbre del G20 con participación de la OIT; 2009: formulación de una estrategia para poner fin a la crisis mundial: se firma el Pacto Mundial para el Empleo; 2011: la OIT aprueba el Convenio sobre los trabajadores domésticos; 2014: intensificación de los esfuerzos para erradicar la esclavitud moderna; 2019: Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo que presentó su informe en junio en la reunión del centenario habiendo dictado el Convenio 190 sobre eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo.
Este último convenio inspiró el dictado de la Resolución 2206/19 de la Excma. SCBA del 20/9/2019 a través de la cual el Cimero Tribunal recordó a los integrantes del Poder Judicial que en el ejercicio de sus tareas y funciones deberán brindar un trato digno, con respeto y cortesía, evitando todo comportamiento o práctica que los aparten de las conductas que le son exigibles y que puedan derivar en situaciones de violencia o acoso laboral.
Para concluir este pequeño aporte señalo que como desafíos para sentar las bases de un futuro justo sostenible, es necesario invertir en las personas. Ello conlleva que los Estados inviertan en la creación de empleo, en el desarrollo de competencias y en la implementación de programas de protección social, así como en las instituciones relativas al mercado laboral para poder concretizar los ideales fundacionales: un mundo en el que el sistema capitalista imperante sea viable en clave de justicia social.
Marcelo Claudio Molaro.
Fuente: “Trabajo. La Revista de la OIT”, 2019, Especial del Centenario.